Siguiendo con las creencias, cuando yo estaba chiquito, en mi infancia temprana, antes de mis siete añitos de vida, me fueron instaladas creencias acerca de mi salud y mis seres significativos me decían que si andaba descalzo yo cogería microbios y parásitos; a mi amiguito le decían sus seres significativos que si andaba descalzo le dolería la cabeza; a mi amiguita le dijeron que si ella andaba descalza le dolería el vientre cuando fuera grande; y a otra amiguita le dijeron que si ella andaba descalza le iba a dar gripe, al otro amiguito le dijeron que si andaba descalzo a él le dolería la barriga, y a mi sexto amiguito no le decían nada de nada, no le inculcaron creencias acerca de andar descalzo o calzado. Qué cosas, han pasado muchos años, ya todos somos adultos y a mi cada vez que ando descalzo, a los días ya tengo que hacerme una purga para los parásitos; y como sigo manteniendo contacto con todos mis amiguitos, el segundo me informó que cada vez que se le ocurría andar descalzo, le dolía enormemente la cabeza; a mi tercera amiguita, la cual compartí con ella en una fiesta, me dijo que ella había comprobado que lo que le decía su mamá en relación al dolor de vientre era cierto, que eran horribles los dolores de vientre cada vez que andaba descalza; no se diga de mi cuarta amiguita, cada vez que se le ocurre pisar el suelo descalza, le da tremenda gripe, no pela ninguna, todas las gripes las agarra ella solita, apenas pisa el suelo, ya tiene gripe y mi quinto amiguito, pobrecito, es de compadecer, cada vez que anda descalzo los dolores de barriga son tremendos y mi otro amiguito, el sexto, me dice que disfruta muchísimo cuando llega del trabajo y se quita los zapatos y se queda descalzo en la casa y hasta sale al patio descalzo cuando le provoca andar en la grama y cosas por el estilo.
Rafael Lugo Padrino.
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