Desarrollo prenatal.
La duración media del embarazo
en el ser humano es de 266 días y está marcado por el desarrollo genético por
trillones de células específicas a partir de una sola célula fertilizada.
Este período de nueve meses se
puede dividir en tres fases:
La germinal de la fertilización hasta la
segunda semana.
La embrionaria desde el inicio de la tercera
semana hasta el período de 8 a 12 semanas.
La etapa fetal hasta el nacimiento.
En una gestación que se
desarrolla con normalidad el embrión comienza a convertirse en un feto a partir
de las ocho semanas, pero cómo algunos órganos siguen formándose después de ese
período, dicha fase dura las doce primeras semanas.
Con tres meses de edad dentro
del vientre de la madre, el embrión posee ya una configuración bien
desarrollada y pasa a llamarse feto.
El feto deja de ser un habitante pasivo
en el vientre materno y empieza a girarse, a dar patadas, retorcerse, tragar,
succionar, chuparse el dedo pulgar, abrir y cerrar el puño y respondiendo a los
sonidos y vibraciones del ambiente.
El feto, por lo tanto no tan solo oye
dentro del vientre materno, sino que recuerda voces y distingue sonidos,
prefiriendo al nacer la voz de la madre y no la voz de otras mujeres.
Ésta fase de la gestación es
mucho más importante de lo que creen la mayoría de las madres y las condiciones
de nutrición, incluyendo el consumo de drogas, contando entre ellas el
cigarrillo y las bebidas alcohólicas, los estados de humor de la madre y el
mecanismo psicológico con que acepta y mima o ignora o rechaza al hijo, afecta
de modo significativo el crecimiento físico y emocional del niño.
Rafael Lugo Padrino
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