La percepción sensorial El Olfato
El
sentido del olfato está situado en
el Cerebelo, que también es donde están
nuestros instintos, los demás sentidos están ubicados en la corteza cerebral, y
esa es la sede de los movimientos conscientes.
A
través del olfato reaccionamos
inmediatamente al ambiente que nos rodea de un modo instintivo, si percibimos
un olor penetrante, inmediatamente nos cerramos la nariz, o bien con los dedos,
con las manos o con un pañuelo o contenemos la respiración, un olor a quemado o
un olor a gas nos pone en guardia, aún sin saber su procedencia, igual un mal
olor en la comida o en una fruta nos protege de comer algo que esté en malas
condiciones, en cambio, los aromas agradables nos hacen relajar y querer seguir
disfrutando de ese aroma, de ese olor, de ese perfume, muchos recuerdos, buenos
o malos están unidos a los olores y nos
estimula la imaginación inmediatamente sobre situaciones, personas u objetos y
muchos de nosotros, cuando empieza a llover decimos “huele a tierra mojada”,
algunos con buenos recuerdos y lamentablemente otros con recuerdos no tan
buenos.
El
olfato y el gusto están
estrechamente ligados, todos podemos identificar algunos aromas solo a través
del olfato, ya que la lengua solo puede percibir los tan consabidos sabores de
dulce, amargo, ácido y salado, es más,
eso lo puedes comprobar cuando tienes gripe, o catarro, o simplemente tienes la
nariz tupida, todos los alimentos te saben igual, sin sabores y si en este
momento no tienes gripe ni tampoco tienes la nariz tapada, entonces tápate la
nariz, cierra los ojos y dile a alguien que te acerque una fruta conocida por
ti, como limón, naranja, mandarina, patilla, melón, o cualquier otro a ver si
lo puedes identificar.
Pasando
a otro punto importantísimo para el aprendizaje de los pequeños, te informo que
la capacidad de relajarse que puedan
adquirir los niños, es importantísimo para el movimiento, esta vida que casi
todos llevamos, incluidos los niños, de levantarlos muy temprano, comer en el
camino, dejarlos en su colegio, en muchas oportunidades sus mismos progenitores
los llevan a estrés, esto muchas veces hace que se encuentren en un continuo
estado de tensión que los lleva al nerviosismo y les dificulta la
concentración, por eso es que en oportunidades hay niños que no son capaces de
relajarse y estar tranquilos en sus sillas. Por eso, la relajación es importantísima para un desarrollo sano y equilibrado.
Demasiado
estrés produce tensión, que a su vez, bloquean funciones importantes en la
coordinación cuerpo – cerebro e impide un aprendizaje espontáneo.
Rafael
Lugo Padrino
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