viernes, 7 de marzo de 2014

Monstruos


          Buenos días, no se si todavía es de noche, pero esos monstruos son tan reales, tú, en quien yo más confío, tu me aseguras que no me va a pasar nada y que tu me vas a proteger, será que ¿puedes cambiar de canal o emisora en la noche?, tu me estás creyendo ¿verdad?, entonces tu me estás consolando porque tú me crees, que bueno, eso me hace sentir mucho mejor, a veces, yo no he podido dormir bien en varias noches seguidas, y a veces estoy como deprimido y muy llorón y a veces me duele el estómago y dejo de comer, ¿será que mi miedo es muy grande? Será que tu buscas una ayuda profesional si yo presento otra vez esos casos así de fuerte.

          Consuélame, consuélame mucho, no me regañes, eso es lo menos que yo necesito ahorita, tampoco me digas que yo soy un hombre o una mujer, recuerda que yo estoy chiquito, acuerdate que tú tenías miedo de montarte en ese avión y a ti no te consoló para nada los que te estaban obligando, tu miedo era genuino, tu miedo era verdadero,

          Te voy a contar sobre lo que me da miedo, fíjate que hay un monstruo y bla, bla, bla, bla, tu me entiendes verdad, como yo no comprendo esas cosas, es por eso que me da mucho miedo, esta noche vamos a revisar mi cuarto bien, detrás de la puerta, dentro del closet, dentro de las cajas de juguete, dentro de los juguetes, debajo de la cama, tú me vas a ayudar para yo convencerme de que no hay nada, y me vas a explicar que son esos ruidos que yo oigo en la noche, ¿seran grillos y sapitos?, como yo no lo sé, a mi me da miedo todas esas cosas, será que puedes dejarme la puerta abierta y una luz encendida, mientras yo pierdo el miedo, tu sabes, tu me comprendes, esos miedos no son para toda la vida, lo que pasa es que a medida que voy creciendo y estoy más consciente de lo grande que es el mundo y lo pequeño que yo soy, entonces esas cosas me dan miedos.

          No me vuelvas a contar lo del tipo que se lleva a los niños en un saco, recuerda que yo no analizo todavía, que yo me lo creo todo, no me hables del coco, no me hables de la cucaracha, no me metas miedo con los policias, no me metas miedo con los bichos, recuerda, yo todo me lo creo, pero si tu me enseñas que un ratoncito no me hace nada, yo no le voy a tener miedo, si tu me enseñas que una cucaracha no me va a hacer nada y que tú debo matarla porque es perjudicial para la salud, bueno la matamos de un chancletazo y ya, que una arañita no hace nada y que se está comiendo las plagas y los zancudos, bueno estoy de acuerdo y dejo la arañita tranquila en su casita y que se coma los zancudos, ¿te acuerdas del zancudo loco, loco, loco? Bueno que se lo coma, que se coma todo bicho malo y maligno para la salud. A mi lo que me importa es mis cariñitos y mis abracitos. Chao, seguimos hablando de lo mismo.

Rafael Lugo Padrino

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