martes, 4 de marzo de 2014

Somos lo que pensamos.

¡Qué maravilloso!, esta información está buenísima, ¿Cómo es eso de que somos lo que pensamos?
Sencillo, si tú piensas que eres “feliz”, sencillamente serás feliz, pero si tú piensas que eres un “pobre y desgraciado infeliz”, igual tienes la razón.
Ahora si me la pusiste difícil, ¿Cómo es eso? Que si yo pienso una cosa, tengo la razón y que si pienso lo contrario, también tengo la razón.
Te explico, nuestra mente no tiene pasado ni futuro, ella vive en un eterno presente, ¿alguna vez tú te has despertado en el día de mañana o en el día de ayer?, no, verdad, siempre te despiertas en el momento preciso, en el aquí y en el ahora.
Tu cerebro tampoco sabe si lo que estas pensando es la realidad o es algo irreal, algo así como ponerse a pensar en un limón bien ácido, lo empiezas a cortar con un cuchillo bien afilado y observas como va resbalando el jugo del limón acidito por el filo del cuchillo, y ese jugo que ves en tu imaginación te provoca chuparte ese limón ácido; si por casualidad se te puso la boca agua, o sea, empezaste a salivar, no hay tal limón, ni tampoco el cuchillo, pero tan solo pensar en el, tu cerebro proceso lo necesario para que lo chuparas.
Hay otro punto importante, nuestro cerebro procesa la información en sonidos e imágenes, por eso aquel artículo  “No procesamos la palabra NO”.
Todo esto nos lleva a deducir que si nuestros pensamientos son positivos, están bien definidos y bien claros, atraeremos eso a nuestra vida, es decir, nuestros pensamientos crean nuestra realidad.
Podemos crear nuestro propio mundo y realmente eso es lo que ha venido pasando a través de años y años, todos y cada uno de nosotros tiene su propio mundo, el cual es real para cada persona en particular, por eso ese dicho tan conocido “Cada cabeza es un mundo”.
Si los pensamientos que tenemos sobre algo son claros, definidos y constante, con un deseo ardiente de obtenerlo, con seguridad, lo atraeremos.
Esto no es magia, no es cosa del otro mundo, no señor, esos son estudios científicos apoyados en la física cuántica.
Todo este fascinante mundo cuántico nos abre una enorme y misteriosa puerta al mundo espiritual, es decir, somos como unas grandes antenas electromagnéticas y dependiendo de nuestra energía vamos atrayendo unas cosas si y otras no, de las infinitas posibilidades que nos ofrece el universo.
Ahora, yo te pregunto, ¿cómo es la señal que tú le estás trasmitiendo al universo?, porque según lo que tu trasmites, eso es lo que vas a captar en tu antena parabólica.
Ahora, como ya tu eres consciente, puedes empezar a cambiar tus pensamientos, para que ellos a su vez te vayan cambiando la energía que irradias y vas saliendo poco a poco de la rutina, de tu cuerpo, de tu tiempo, de tus situaciones y te empiezas a imaginar situaciones deseadas de una forma sencilla y como nuestro cerebro tampoco tiene ojos, el no sabe si lo que estamos pensando, soñando, imaginándonos, concibiendo, creando, fantaseando, divagando, suponiendo, está pasando de verdad o no.
De esta forma, nos adelantamos a las cosas que queremos y el cerebro empieza a crearnos la serotonina, las endorfinas, las dopaminas y toda esa parafernandia que nos trae la felicidad y empezamos a co-crear con el universo.

Ahora bien, todos sabemos que necesitamos de todo un poco, pero la principal necesidad es compartir e interactuar con otras personas porque eso es lo que en verdad nos hace felices ya que realmente somos seres espirituales, por lo tanto, realmente necesitamos nutrirnos de amor, sentir paz y serenidad.

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