Bueno, yo siempre he dicho que a mí me pagan por divertirme, si hago mi trabajo con amor, con dulzura, con inteligencia, con placer, con gusto, con deleite, con satisfacción, con halagos, con orgullo, con soluciones, con humildad, con tranquilidad, y a final de quincena me pagan doy un millón de gracias a mi Dios por haber recibido ese dinero, porque durante todos esos días no trabaje, lo que hice fue divertirme, pasar mis días bien y encima me pagan, Gracias Dios mío, por este dinero bendito que recibo por haberme divertido tanto con estos Angelitos, me hicieron reír hasta más no poder con todas sus ocurrencias, me hicieron admirar más de una vez con cosas que me dijeron y no lo esperaba a tan corta edad, me hicieron pasar un día lleno de ternura cuando me piden la bendición y me dicen abuelito, me siento en la gloria cuando recibo un beso lleno de amor (y a veces también de moco), pero es un beso verdadero, me siento pleno cuando me cuentan sus problemas llenos de la más sincera verdad y les puedo dar soluciones, siento una enorme tranquilidad y paz en mi alma cuando logro subirles su autoestima por haber recibido un regaño o un mal trato en el transcurso de las horas que preceden, es infinita la satisfacción de verlos crecer, es inolvidable la experiencia de sus nuevos aprendizajes y la forma como me lo hacen saber, no tiene precio cuando me dan una sonrisa con tanta sinceridad, es infinita la satisfacción de verlos pasar con tanta alegría en busca de amor y cariño de sus pares, de sus maestras, de sus abuelos, si sigo contando las cosas que me dan satisfacción en mi trabajo, no terminaría de escribir, pero gracias a ustedes por pagarme por disfrutar tanta diversión, gracias, gracias, gracias por confiarnos a sus hijos, gracias por confiarnos lo más preciado de ustedes, gracias por dejar esos tesoros con nosotros, y gracias en nombre de sus hijos lindos por apoyarlos en un buen desarrollo integral
Rafael Lugo Padrino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario