Hola, hola, hola, mi seres
queridos y significativos, que bueno que tú, precisamente tú, estas tan pendiente
de mí, yo lo lamento por algunos compañeritos que pasan el día medio triste,
porque me dicen que en su casa no leen estas cosas y todo sigue igual, con
regaños, con insultos, puras emociones negativas, yo les digo que tengan
paciencia, que algún día lo leerán y tratarán de corregir el pasado. Bueno si
se puede, yo no lo sé, tu sabes que yo estoy chiquito y soy tu consentido y
todo lo que yo, tu hijo lindo percibo la asocio con la información y con las
emociones (buenas o malas) que yo tengo en mi cabecita, que son las mismas que
tú te has encargado de guardarlas allí, en mi subconsciente, cuando vienen los
estímulos de mi medio ambiente externo o interno, sólo tiene significado para
mi si ya yo poseo alguna información guardada en mi subconsciente y con eso yo
relaciono toda la nueva información, por eso es tan importante que me ayudes a
desarrollar ese pocote de inteligencias que yo tengo.
Sobre todo ayúdame con mi
autoestima, no me corrijas tanto, que si estoy sucio, que si estoy despeinada,
claro que si, a mí lo que me gusta es jugar y jugar y jugar, apóyame en mi
aprendizaje y péiname con cariño, con amor, es más me dices que vamos a jugar
de peluquera y tú eres mi peluquera y me peinas, y así puedes hacerlo con todas
las cosas, yo cumplo mis siete añitos rápido, eso te lo prometo, ya me falta
poco, saca la cuenta y a los siete añitos le restas los que yo tengo ahorita y
así de facilito yo te prometo que en ese tiempo yo cumplo siete añitos y me
haces mi tremenda torta.
También te voy a informar que yo deseo que mis
valores, mis creencias, mis hábitos, mis sueños, mis metas sean archivadas en
mi memoria de acceso rápido donde yo pueda recordarlas rapidito y tenerlas
presente cuando las necesite, para eso debes ayudarme a repetirme muchas veces
las cosas, a ponerme a que las haga y que sean acompañadas de emociones buenas,
positivas, recibidas con amor, con alegría, con diversión, guao, que fino que
tú me vas a ayudar en todo eso, que feliz me siento, por eso te voy a dar mil
besitos, un cariñito más grande que el mundo, un abraso montañoso más alto que
el Ávila, un te quiero grandote y sobre todo esa gracia que yo hago que a ti te
hace reír tanto, ¿te acordaste? Chévere, ahora como no hay nada gratis tú me
das un besito, un abrazo con mucho amor y la bendición. Te quiero mucho, tu
hijo lindo.
Rafael Lugo Padrino
No hay comentarios:
Publicar un comentario